Un 45 % de las entidades incluidas en el IBEX35 adquirió créditos de carbono durante 2017 para compensar parte o la totaliddad de sus emisiones de CO2, según el informe anual de sostenibilidad elaborado por la consultora ambiental Carbon Clear.

Sin embargo, “las empresas españolas deberían dar prioridad a medidas relacionadas con la ecoeficiencia o la compra de energías renovables en lugar de comprar o retirar créditos de carbono”, ha asegurado a Efe la manager y experta de esta compañía, Cristina Raventós, para “operar de manera más responsable y eficiente desde un punto de vista económico” aparte del medioambiental.

En ese sentido, resulta útil “establecer un objetivo de reducción de emisiones y un plan de ejecución” que pueda desplegarse a lo largo del curso, ha precisado.

Carbon Clear ha publicado recientemente una guía titulada ‘Cuenta atrás hacia las emisiones cero’, que recoge ejemplos de planes mitigadores que una firma puede poner en marcha para afrontar este problema y que permiten “una mayor longevidad del negocio”, así como “ahorros en costes energéticos y una diferenciación competitiva”.

La implantación de medidas de sostenibilidad será necesaria para evitar “los riesgos de transición, reputación y también físicos” a los que las empresas se enfrentarán en un futuro inmediato en el que “casi seguro superaremos los 2º C de subida de temperatura máxima global establecidos como máximo en el Acuerdo de París” durante la COP21 de diciembre de 2015, ha advertido Raventós.

Tipo de medidas por sector

El tipo de medidas a poner en marcha en cada una de las sociedades “dependerá” de un análisis previo de su cadena de valor y de sus necesidades particulares.

Así, en una compañía industrial o energética “las emisiones son directas, de Alcance 1 y 2”, mientras que en empresas del sector terciario como la banca “la mayor parte de emisiones contaminantes estarán en sus carteras de crédito”, según la manager de Carbon Clear.

Y es que “el riesgo no siempre está en las propias operaciones de la empresa, sino también en sus clientes o proveedores”, ha subrayado Raventós, quien reconoce una mayor dificultad para reducir emisiones “cuando dependes de terceros”.

Falta de regulación

Además, si bien las emisiones de “ciertas industrias más pesadas” vienen reguladas por el régimen de comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea, en España “actualmente no existe ninguna legislación a nivel nacional que premie o incentive la neutralidad de carbono de manera general”.

La futura Ley de Cambio Climático podría resolver este vacío “fomentando el uso de renovables y buenas prácticas para avanzar hacia la neutralidad de carbono”.

Las sociedades como ejemplo

Mientras tanto, las propias sociedades “pueden sentar cátedra” hacia un marco legislativo más favorable, “y un ejemplo es el Grupo Español para el Crecimiento Verde“.

Raventós considera “destacable que desde un grupo que cuenta con algunas de las firmas más importantes del IBEX35 se demande una mayor ambición legislativa para impulsar estas prácticas”, hasta el punto de que esta actitud puede impulsar un “efecto dominó” ya que “si las grandes comienzan a adaptarse, también tendrán que hacerlo sus proveedores y finalmente otras compañías”.

El informe de 2017 revela que, en la apuesta por la sostenibilidad de las empresas españolas “existe una doble velocidad, pues algunas “como Iberdrola, Telefónica o Acciona entre otras ya están tirando mucho del carro, mientras que otras van detrás en el camino hacia la descarbonización”.

Fuente: https://www.efeverde.com