Actualmente, en nuestro país, conviven dos sistemas de recogida de consumible de impresión vacío: por un lado, los sistemas de cada fabricante para recuperar sus propios cartuchos, y por el otro, los gestores que recogen aquellos que tenga un valor de reventa para los llamados remanufacturadores, quienes los reintroducen rellenados en el mercado, restando ventas de los consumibles originales.
A partir del 15 de agosto, los consumibles de impresión con partes eléctricas, es decir la mayoría de los que se comercializan, se considerarán aparatos electrónicos y, por tanto, se les aplicarán las mismas obligaciones que al resto del hardware. Hasta el próximo cambio de la normativa, la responsabilidad medioambiental recae en el usuario.
Desde esta fecha, los productores de consumibles serán responsables de financiar y organizar la recogida de estos residuos, así como de cumplir el objetivo de recogida fijado para el resto de aparatos electrónicos: en 2018, el 55% de la media del peso de los cartuchos introducidos en el mercado español en los tres años anteriores. Según expertos del sector, un objetivo difícil de alcanzar, a través de los programas de reciclaje de consumibles de cada fabricante, al estar limitados a sus propios productos.
Asimismo, los distribuidores de consumibles deberán recoger el cartucho en desuso, en caso de que el consumidor adquiera uno nuevo, y los establecimientos de más de 400 m2 tendrán que disponer de contenedores para recoger el consumible usado, sin necesidad de la compra de otro. Además, la venta online tendrá las mismas obligaciones que los establecimientos físicos.