Bruselas quiere que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a cero para el 2050. El planteamiento de la Comisión es que el 60% del presupuesto contribuya al medioambiente.

La Comisión Europea adoptó una visión estratégica a largo plazo para conseguir la neutralidad climática de la Unión Europea en el 2050 y reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero. Bruselas quiere ser la pionera mundial y servir de guía al resto de países a través de una transición socialmente justa que permita reducir las emisiones sin afectar la calidad de vida de los ciudadanos. Para ello, la Comisión propone que el 60% del presupuesto comunitario entre el 2021 y el 2027 contribuya los objetivos climáticos, una meta ambiciosa pero necesaria para dar respuesta a los retos del cambio climático.

«Hoy (por ayer) intensificamos nuestros esfuerzos al proponer una estrategia para que Europa se convierta en la primera gran economía del mundo climáticamente neutra para 2050. Esto es posible con las tecnologías actuales y con las que van a desplegarse próximamente», anunció Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y Energía, quien recalcó que ningún europeo y ninguna región debe quedarse atrás.

El plan se enmarca en los objetivos del Acuerdo París para mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2°C y abarca prácticamente todas las políticas de la UE. El fin es crear una visión de futuro que Bruselas que se ha presentado el mes de diciembre en la COP24, la cumbre climática de la ONU, que tendrá lugar en Katowice (Polonia).

Transición social

El Comisario insistió en que la Comisión tiene el respaldo de la ciudadanía después de que el último Eurobarómetro mostrara que el 93% de los europeos creen que el cambio climático está causado por la actividad humana y el 85% piensa que la lucha contra el cambio climático y un uso más eficiente de la energía pueden crear crecimiento económico y puestos de trabajo en Europa.

«No podemos vivir de forma segura en un planeta cuyo clima está fuera de control. Pero eso no significa que para reducir las emisiones debamos sacrificar los medios de vida de los europeos», dijo el vicepresidente de la Unión de la Energía, Maros Sefcovic, quien aseguró que la reducción de emisiones creará prosperidad, trabajo y mejorará la calidad de vida de las personas. Según las estimaciones del ejecutivo europeo, hoy ya hay cuatro millones de «empleos verdes» y la neutralidad climática tiene el potencial de crear un millón más, sobre todo en el sector de las renovables, la construcción y la agricultura, un área clave en nuestro país.

En los próximos presupuestos para 2021-27, la Comisión propone que se destinen 42.300 millones de euros a inversiones en infraestructuras en el sector del transporte, la energía y lo digital. El objetivo es que se refuerce la competitividad de la economía y la industria de la UE en los mercados mundiales. El ejecutivo comunitario también apuntó que la inversión privada es fundamental, y señaló que está trabajando en las reformas necesarias para incentivar al sector financiero para que contribuya con la transición verde.

El despliegue de energías renovables sigue siendo imprescindible. Según Cañete, el gasto energético ronda hoy el 2% del PIB europeo, pero es necesario que esta cifra aumente hasta el 2,8% en los próximos años. El comisario señaló que, de lograrse la neutralidad climática en el 2050, Europa podría reducir sus importaciones de energía en un 70%, consiguiendo un importante ahorro en las cuentas comunitarias y en la factura del consumidor.

Nuevos negocios  

Los informes presentados también inciden en las nuevas oportunidades de negocio de la bioeconomía circular y en la transformación necesaria de la agricultura para proveer suficiente comida en el 2050, cuando se estima que la población haya crecido en un 30%. Por su parte, la comisaria de transportes, Violeta Bulc, señaló que se debe incidir en la descarbonización de nuestro sistema de movilidad: «El objetivo es alcanzar un nivel neto de cero emisiones para 2050».

La Comisión pidió la colaboración conjunta de los Estados miembros, las empresas y los ciudadanos para conseguir un crecimiento sostenible en Europa que permita modernizar la economía de la UE y resolver simultáneamente el desafío medioambiental, invitando a los miembros a debatir al respecto con vistas a la próxima cumbre europea.