El aumento del gasto público en educación, en inversiones en I+D, así como las mejoras en la agilidad empresarial en el sector privado, ha posibilitado que España se situase en la posición 28, escalando tres puestos frente a 2021 en el Ranking de Competitividad Mundial del International Institute for Management Development (IMD).
España mejora tres puestos, pero continúa lejos de las principales potencias europeas en lo relativo a su capacidad para la digitalización. En concreto, España ocupa la posición 28, cinco posiciones por detrás de Francia (22), nueve de Alemania (19) y veintisiete de Dinamarca (1), que se postula como el mejor país para la dinamización social a través de la digitalización. El ascenso de España en este ranking atiende a las mejores puntuaciones obtenidas en el gasto público, educación en inversiones en I+D y en agilidad empresarial.
El acceso a la financiación y la burocracia administrativa, sobre todo en el caso del sector público, continúan siendo los dos obstáculos que debe superar España, no sólo para afianzar su puesto, sino también para seguir escalando al nivel del resto de países europeos. Para ello, desde el IMD apuntan que las ayudas europeas pueden suponer un gran impulso para la digitalización de las empresas.
Este ranking anual cuantifica las capacidades de 63 economías globales para adoptar, examinar y utilizar las nuevas tecnologías digitales para transformar las prácticas gubernamentales, los modelos de negocio y la sociedad. Está encabezado por Dinamarca, Estados Unidos y Suecia, seguidos de otros países como Singapur, Suiza, Países Bajos, Finlandia, República de Corea, Hong Kong y Canadá.
El informe destaca la importancia de la colaboración público-privada como uno de los elementos clave a la hora, no sólo de promocionar la estructura digital de los países, sino también de protegerla.
La edición 2022 del Ranking muestra que las medidas de ciberseguridad serán determinantes para la competitividad y describe a las naciones digitales como aquellas con una "combinación de talento digital, normativa digital, gobernanza de datos, actitudes digitales y la disponibilidad de capital". En este sentido, España obtiene buenos resultados en materia de ciberseguridad gubernamental, ocupando el puesto 12, reconociendo así su capacidad para hacer frente a ataques a su infraestructura digital. En este criterio España está por delante de Portugal, Italia o Grecia, pero por detrás de Reino Unido, Alemania, Bélgica, Francia e Irlanda.