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16/03/2023 Los trabajadores esenciales están infravalorados y mal pagados


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A pesar de su contribución a la sociedad y de su papel esencial durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores de sectores como la sanidad, la limpieza y el transporte, están infravalorados y tienen pésimas condiciones laborales

El informe, Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023: El valor del trabajo esencial, elaborado por la OIT, subraya lo mucho que las economías y las sociedades dependen de los trabajadores clave, y lo infravalorados que están. Las malas condiciones laborales de los trabajadores clave agravan la rotación de personal y la escasez de mano de obra, poniendo en peligro la prestación de servicios básicos. Según el informe, es necesario mejorar las condiciones laborales e invertir más en los sistemas alimentarios, la atención sanitaria y otros sectores clave para aumentar la resiliencia económica y social ante las crisis.

Los trabajadores clave pueden encontrarse en ocho grupos ocupacionales principales que abarcan la sanidad, los sistemas alimentarios, el comercio minorista, la seguridad, la limpieza y el saneamiento, el transporte, las ocupaciones manuales y las técnicas y administrativas.

En los 90 países en los que se disponía de datos, el 52% de todo el empleo lo realizan estos trabajadores, aunque en los países de renta alta, donde las actividades económicas están más diversificadas, la proporción es menor, el 34%.

Durante la crisis de la COVID-19 los trabajadores clave sufrieron en general tasas de mortalidad más elevadas que los otros. Entre las distintas categorías de trabajadores clave las tasas de mortalidad variaron; por ejemplo, en los países con datos disponibles, los trabajadores del transporte tuvieron tasas de mortalidad más elevadas que los trabajadores sanitarios. Los resultados revelan la importancia de la protección de la seguridad y la salud en el trabajo, así como la mayor seguridad asociada al trabajo en lugares de trabajo formales, con representación colectiva.

A nivel mundial, el 29% de los trabajadores esenciales están mal pagados (entendiendo por mal pagado un salario inferior a dos tercios del salario medio por hora). Por término medio, los trabajadores clave ganan un 26% menos que los demás empleados, y sólo dos tercios de esta diferencia se deben a la educación y la experiencia. En los sistemas alimentarios, la proporción de empleados clave mal pagados es especialmente elevada, un 47%, y en limpieza y saneamiento es del 31%.

Casi uno de cada tres trabajadores clave tiene un contrato temporal, aunque existen considerables diferencias entre países y sectores. En la industria alimentaria, el 46% tiene un trabajo temporal.

Más del 46% de los empleados clave de los países de renta baja trabajan muchas horas. Las jornadas largas son más frecuentes en el transporte, donde casi el 42% de los trabajadores clave de todo el mundo trabajan más de 48 horas semanales. Una parte sustancial de los trabajadores clave de todo el mundo también tienen horarios irregulares o jornadas reducidas.

Casi el 60% de los trabajadores clave de los países de renta baja y media carecen de algún tipo de protección social. En los países de renta baja, la protección social es mínima y sólo alcanza al 17% de los trabajadores clave. El panorama es aún más sombrío para los trabajadores clave autónomos en la mayoría de los países en desarrollo, ya que carecen casi por completo de protección social.

Garantizar un trabajo digno

Para garantizar la continuidad de los servicios esenciales durante futuras pandemias u otras crisis como catástrofes naturales, el informe recomienda una mayor inversión en las infraestructuras, la capacidad productiva y los recursos humanos de los sectores clave.

La falta de inversión, especialmente en los sistemas sanitario y alimentario, contribuye a un déficit de trabajo decente que socava tanto la justicia social como la resiliencia económica. Entre otras recomendaciones, el informe pide:

  • Garantizar que los sistemas de salud y seguridad en el trabajo cubran todas las ramas de actividad económica y a todos los trabajadores.
  • Mejorar la retribución para compensar la infravaloración de los trabajadores clave y reducir la brecha salarial entre éstos y los que no lo son, incluso mediante salarios mínimos negociados o establecidos por ley.
  • Garantizar horarios de trabajo seguros y predecibles a través de la regulación, incluida la negociación colectiva.
  • Adaptar los marcos jurídicos para que todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral y sus acuerdos contractuales, estén cubiertos por la protección social, especialmente por la baja por enfermedad remunerada.
  • Aumentar el acceso a la formación para que los trabajadores clave puedan realizar su trabajo de forma eficaz y segura.

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