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24/05/2023 Llegó la época de llenar la piscina, pero ¿podemos ahorrar ese gasto de agua?


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Noticia

No es necesario vaciar la piscina finalizado el verano. Mantener la piscina cubierta es importante siempre que no la vayamos a utilizar.

Por eso, si después de la temporada de baño la piscina pasa a modo inverno, conviene contar con una cubierta de manera que se proteja evitando que el agua se congele, y que los componentes se deterioren. Si no se dispone de cubierta, estará más expuesta a la suciedad y a las partículas que hay en el ambiente. Por eso, se debe proceder a su limpieza más a menudo y evitar que la suciedad se acumule.

La cubierta también es importante durante la época de baño. El verano cálido y seco que acontece con temperaturas tan elevadas, provoca una mayor evaporación del agua de las piscinas, aunque ésta también depende de otros parámetros, además de la temperatura, como son la humedad relativa del aire o la presencia y fuerza del viento. Un sistema eficaz para evitar la evaporación es el uso de cubiertas flotantes durante las horas en que no se utiliza la piscina, lo cual puede suponer disminuir hasta un 80% las pérdidas por evaporación natural.

El empleo de cubiertas también redunda en el ahorro energético, especialmente en las piscinas climatizadas. La instalación de cubierta ayuda a mantener la temperatura y reduce las pérdidas de calor por radiación y por evaporación. Por otro lado, al reducir la evaporación, no es necesario incorporar nuevos caudales, más fríos, y que habría que calentar hasta la temperatura ambiente. El hecho de calentar 1 metro cúbico de agua desde 15ºC hasta 25ºC puede suponer un consumo adicional de 12 kWh de energía.

Realizar un buen mantenimiento invernal es fundamental para la conservación del agua a futuros años. Durante el invierno es aconsejable:  

  • Limpiar la piscina. Usando el limpiafondos para limpieza y mantenimiento todo el año. Sin embargo, no necesitará el mismo cuidado ni frecuencia de limpieza en verano.
  • Dejar el nivel del agua por debajo de los skimmers. Evitando posibles congelaciones que deterioren o estropeen los mecanismos.
  • Empleo de un invernador siguiendo las instrucciones, sus plazos y sus cantidades. Al iniciar este proceso, la temperatura del agua debe estar por debajo de los 15ºC.
  • Comprobar cada cierto tiempo la cantidad de cloro y el pH del agua. En el caso de que fuese necesario, emplear un producto de cloración de choque.
  • Mantener limpio el filtro de la piscina. Un filtro sucio y en mal estado puede echar a perder el agua de la piscina fácilmente.
  • En caso de previsión de heladas, utilizar elementos «rompe hielo» y purgar parte de la instalación hidráulica.
  • Colocar una cubierta para piscinas, ya sea automática (tipo persiana) o manual (manta cobertor) para reducir la evaporación y realizar un menor consumo energético. En una piscina cubierta, donde los parámetros son más estables, se puede observar que la evaporación para una temperatura de agua de 25ºC es de 0.16 l/m2, mientras que si la temperatura del agua se eleva hasta 30ºC la evaporación asciende hasta 0.20 l/m2. Este aumento de temperatura de 5ºC implica un incremento del 25% en la tasa de evaporación.
  • Guardar y proteger de manera segura todos los elementos y productos de la piscina: el limpiafondos, los productos químicos, la pértiga, las mangueras, etc.


Sin embargo, hay situaciones en las que es inevitable vaciar el agua de la piscina. Para ello se recopilan estos aspectos claves para tener en cuenta los usos posteriores al consumo inicial de agua:

  • Reutilizar el agua de la piscina tras el vaciado del vaso para regar las plantas o jardín. Eso sí, hay que tener en cuenta que el agua debe estar libre, no solo de cloro, sino de otros restos de productos químicos. Lo normal es que, al dejar de utilizar los químicos para tu piscina, el agua en un mes aproximadamente vaya recuperando su potabilidad,                                                                       ya que el sol hace que se evapore el agua y a su vez los químicos.
    Sin embargo, antes de utilizar el agua de la piscina para regar, es aconsejable revisar los niveles de cloro y pH. Lo ideal es que el pH sea neutro y el cloro no supere los 0,3 mg por cada litro de agua.
  • Mantener la piscina en óptimas condiciones con un control periódico.
  • Aprovechar el agua del lavado del filtro para otros usos guardándola en un depósito.
  • Dotar la ducha del jardín de pulsador con paro automático y llevar el agua hasta el mismo depósito.
  • Instalar un depósito para recoger agua de lluvia que será apta para regar, para llenar la piscina, etc.
  • En piscinas interiores climatizadas, aprovechar el agua de condensación del equipo de climatización y devolverla directamente a la piscina o para otros usos.
  • La calidad de la construcción de una piscina es vital. Las fugas de agua por problemas estructurales y de estanqueidad son dos de los principales motivos por los que una piscina sufre una pérdida excesiva de su agua. Una fuga que pierda una gota de agua por segundo supone perder ocho metros cúbicos, es decir, 8.000 litros en un año.
  • Pérdidas por uso y salpicaduras, es decir, el agua que se pierde al entrar y al salir de la piscina. En ese sentido, diseñar la piscina con la instalación de un doble canal perimetral, rebosadero, ofrece un buen resultado porque permite recoger esta agua y devolverla al circuito.

Una piscina sostenible será aquella que incorpora elementos claves para lograr un menor impacto ambiental y reducir de forma significativa el consumo de recursos naturales.

 

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